Índice

1. Declaración de intenciones

2. Nación. Historia de un concepto

3. Comunidad, identidad y cultura

4. Lengua

5. Historia

6. La decisión


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Una entrevista sobre este ensayo


La apuesta independentista del Gobierno catalán y, en menor medida, la del vasco, auguran que el debate nacional siempre latente en España ha de hacer crisis y resolverse de una forma u otra en los próximos meses.

Sin embargo, sería lamentable que lo hiciera con la misma irracionalidad con la que se ha dirimido siempre: con los nacionalistas catalanes y vascos dando por supuesto que Cataluña y el País Vasco son objetivamente naciones, y los españoles que lo es España entera incluyendo a esas dos regiones, sin tomarse la molestia de demostrarlo.

Todos los nacionalismos manejan el mismo lenguaje y los mismos axiomas, y por eso su enfrentamiento conduce a un eterno empate y al llamado cheque de trenes, donde prevalecerá el más fuerte política, social o militarmente.

No se puede desautorizar a un nacionalismo desde el nacionalismo contrario, que lo que hace es encresparlo y realimentarlo, pero sí se puede refutarlos a todos a la vez. Unos y otros parten de una premisa, la idea de nación, sin la cual el debate en curso tendría necesariamente que plantearse de una manera distinta. No sólo a efectos teóricos, sino también en el plano de las medidas políticas y las soluciones prácticas que defienden todas las partes implicadas.

‘El cuento de las naciones’, tras pasar revista a cómo han entendido y cuestionado la idea de nación los grandes pensadores que la han abordado desde el Romanticismo hasta nuestros días, trata de argumentar que, aunque los nacionalistas pretendan que su nación lo es porque sus habitantes comparten una identidad, una lengua, una cultura y una Historia, todos estos elementos son en realidad la consecuencia de la presunción previa de que la nación existe. Ello convierte el razonamiento en circular y por tanto no válido para sustentar afirmaciones verdaderas ni emprender iniciativas políticas en su nombre.

Este ensayo discute los sofismas de la identidad, la cultura, la lengua y la Historia comunes en general y aplicados a las supuestas naciones española, catalana y vasca, y repasa y contradice la forma en que castellanos y españoles, catalanes y vascos han construido, definido, protegido y falseado sus presuntas esencias nacionales y las han contrapuesto a las de la nacionalidad enemiga desde la Edad Moderna hasta las querellas, polémicas y cruces de declaraciones de estos dos últimos años.

Una vez hecha tabla rasa de la premisa fundamental y reducida a un amasijo de creencias y sentimientos privados idénticos a los religiosos, este trabajo sugiere cuál sería la única forma coherente de abordar en España el debate territorial, en caso de que se considere necesario acometerlo, como una cuestión cívica y casi anecdótica, no épica ni trágica como deriva de la idea de nación. Una idea que también determina, por ejemplo, el enfoque supuestamente racional que hacen los nacionalistas catalanes del llamado déficit fiscal.

Sería un desenlace distinto a los que este último año se han defendido desde Madrid, Barcelona o Vitoria, porque ni se ampara en la legalidad constitucional ni acepta un concepto de autodeterminación que, contra lo que defienden los nacionalistas catalanes y vascos, no se fundamenta en la democracia sino en la insostenible idea de nación.

En cualquier caso, quizá el desenlace óptimo, aunque posiblemente quimérico, sería que los ciudadanos españoles, catalanes y vascos, incluidos los nacionalistas no excesivamente fanatizados, comprendieran que el único motivo del debate territorial es la falaz idea de nación. Que no tienen motivo para sentir identificación, lealtad, ni obligación para con su patria, porque las naciones no existen. Y que denuncien que es un delito de lesa humanidad que desde niños se nos enseñe a creer que el mundo está compuesto por ellas, se nos inculquen filias, fobias y prejuicios artificiales y se nos imponga una agenda política dictada por mitos que no sólo son falsos, sino también perversamente dañinos.


Kiko Rosique es redactor de la sección de Nacional de la agencia de noticias Servimedia desde 2009. Fue columnista semanal de la sección de Opinión del diario El Mundo en su edición de Castilla y León entre 2000 y 2013 (sus artículos están recogidos en www.kikorosique.com). Licenciado en Historia y en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Valladolid, su tesina/proyecto de investigación en la primera se tituló Castellanos y catalanes: 500 años de miradas de soslayo.

2 comentarios en “Índice

  1. He conocido, por puro y simple hallazgo, parte de tu bibliografía y biografía personal.
    En julio de 1990, formé parte de un tribunal examinando a futuros profesores de Enseñanza Media y me gustó tanto la Castilla señorial y la trabajadora y, por supuesto, el exquisito y abundante tapeo.
    Estoy llevando a cabo un trabajo históricoy antropológico de la vida de un currante en la primera parte del franquismo y te voy a citar e incluir

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    • Buenas tardes, Ricardo. Dirás que a buenas horas te contesto, más de un año después, pero acabo de descubrir tu mensaje al intentar, infructuosamente porque no sé cómo, hacerme otro blog en WordPress. Espero que no estuvieras pendiente de mi respuesta para incluir lo que consideraras oportuno de mí y que hicieras lo que estimaras con o sin mi permiso, porque por supuesto sería un honor. También espero que todo te vaya muy bien, incluido ese trabajo que tenías en proceso hace un año. Un saludo.

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